lunes, 29 de febrero de 2016

Enseñar es emocionar: Storytelling

    En este capítulo se han presentado variadas actividades para entretener, captar la atención, intrigar y sorprender, en definitiva emocionar a nuestros alumnos. Para ello hacemos uso de juegos (tabú, pictionary, oca, trivial, scrabble…), cine, literatura, imagen, cómic, música, arte, hobbies, role-playing, adivinanzas …
Todas estas propuestas son muy interesantes si se aplican significativamente desde el punto de vista pragmático-gramatical (integrar los conceptos, actitudes o contenidos que se querían trabajar en el aula). Pero  a mí me gustaría destacar la actividad de contar historias, porque creo que la mayoría de los recursos conllevan estrategias narrativas. El storytelling  parte de la máxima de que un mensaje resulta mucho más efectivo si es capaz de provocar emociones en el receptor.

En distintas versiones, apoyadas o no con otros recursos, creadas entre  todos o individualmente, relacionadas con su país, como las leyendas, con su vida personal o aquellas en las que prevalece el  componente enigmático o fantástico, la actividad de “contar historias” es sumamente práctica.Tanto si lo hace el docente o el alumnado, es una importante fuente de emociones, y por tanto de motivación. Posibilita que el estudiante estimule su  imaginación en un intento de sorprenderse o de sorprender a los demás. Puede ser una poderosa herramienta en sus manos pues no solo contribuye al desarrollo de sus competencias comunicativas sino que además fomenta la creatividad, fortalece la autoestima y permite desarrollar actividades basadas en sus intereses, a lo que hay que sumar que es una buena manera de practicar determinadas formas gramaticales y léxicas (imperfecto-indefinido) y que  facilitan recordar ideas, conceptos y datos, al situarlos en un contexto.
A mí me gusta incluir un aspecto práctico y suelo utilizar como base de la historia objetos de uso cotidiano. Para darle mayor interés añado documentación histórica al respecto (sobre la cual hago preguntas previas) que por su peculiaridad suele llamar bastante la atención, porque proporciona no sólo nuevos sino curiosos conocimientos. 
Aquí tenéis un ejemplo. 


Además para ayudarles a crearlas les proporciono una máquina prodigiosa, diseñada para producir automáticamente (alimentada por personajes, situaciones y acontecimientos) infinidad de fantásticos relatos (manual Abanico).




Como he dicho las utilizamos normalmente de forma oral o escrita, ayudados por imágenes, canciones o vídeos, pero hoy en día el uso de las tecnologías abre todo un abanico de posibilidades de cara a la utilización de este recurso en la clase: Digital Storytelling.

Podemos animar a los estudiantes a crear sus propias historias interactivas. En este caso aumenta mucho más el interés del alumno, porque entran en acción cualidades como la creatividad, la comunicación y la colaboración. Básicamente, lo que hace el profesor en estos casos es partir de una materia de aprendizaje determinada y proponer a los estudiantes la elaboración de sus propias historias, reales o ficticias, vinculadas con dicho tema. Entre los recursos que he encontrado para contar historias digitalmente destacaría:

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