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| Disfrutando del aprendizaje |
- ∞ Personales : la autoestima, la creencia de falta de capacidad, la ansiedad y vergüenza, la indefensión y ausencia de control…
- ∞ Ambientales: carencia de cohesión en el grupo, ausencia de una atmósfera agradable tanto relacional como espacial, conductas inapropiadas…
- ∞ Metodológicas: aburrimiento, falta de relevancia y de comunicación, la obligatoriedad...
En esta difícil tarea hay
que tener en cuenta no sólo al alumno y al profesor, es necesaria la
intervención de otros agentes motivadores, a mi entender primordiales,
como la familia y la sociedad.
Pienso que la realidad actual pone de manifiesto la dificultad de los profesores para motivar al aprendizaje y responder a la diversidad, el reto de los padres en este mismo sentido y en la formación de valores y la frustración de los alumnos por no encontrarle un sentido al contenido curricular.
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| ¿Hay una fórmula? |
A mí normalmente me resulta complicado dar con una solución altamente satisfactoria dada la heterogeneidad de los grupos, su tamaño, la limitación temporal del curso, la necesidad de adquirir determinados conocimientos difíciles de amenizar… Pero no desisto. Intento establecer un ambiente de aprendizaje propicio, tener presente la teoría de las inteligencias múltiples, recurrir a la empatía y cuidar la calidad en la interacción.
En verdad mi mejor estrategia es mi propia motivación: con alegría, entusiasmo y dedicación creo que se puede lograr.
Procuro que mis clases sean interactivas, experienciales, colaborativas..., utilizando recursos y estrategias motivadoras y atractivas (juegos, tecnología, imágenes, vídeos, textos, salidas, cultura...) adaptadas a las necesidades, gustos, preferencias e intereses de los alumnos.
En suma, una enseñanza que les resulte novedosa (que active su curiosidad), relevante (vinculada a sus metas), comprensible (que puedan relacionarla claramente con lo que ya saben) y gratificante (que no tengan que hacer un esfuerzo tal que les disuada de afrontar la tarea). Aún así el resultado muchas veces no es el esperado. El problema se resume diciendo "Nunca llueve al gusto de todos", lo anteriormente argumentado puede que no les parezca como tal a todos los alumnos.
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A pesar de todo hay que intentar crear un entorno agradable y cercano con actividades participativas y actuales que nos faciliten esa labor. Creo que el cine y la literatura son un recurso y un medio ideal. Con ellos podemos presentar o complementar el estudio de distintas temáticas, ya que ambos introducen usos auténticos de la lengua.
Contribuye a la adquisición de determinados conocimientos, habilidades y competencias ya que el estudiante relaciona los contenidos vistos en las clases teóricas con una experiencia real llevada al cine o al libro, en donde la empatía pude también jugar un papel importante. Conectar la clase con el mundo exterior e incluir prácticas vinculadas al tiempo libre suele dar buenos resultados en cuanto a motivación y ayuda al aprendizaje.
Asimismo se aprende a ver cine y mejorar la lectura y, con ello, analizar críticamente la práctica lingüística e identificar los supuestos teóricos. Además, a través de estos medios, tenemos acceso a otras culturas, costumbres y modos de vida.
Asimismo se aprende a ver cine y mejorar la lectura y, con ello, analizar críticamente la práctica lingüística e identificar los supuestos teóricos. Además, a través de estos medios, tenemos acceso a otras culturas, costumbres y modos de vida.
Su asociación también nos puede ser útil, puesto que en esta sociedad en la que se lee cada vez menos, el trabajo con adaptaciones cinematográficas de libros puede ser un modo de incitar a la lectura.
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| Cine y literatura |
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